En mi consulta he vivido la experiencia de tener delante a jóvenes que tenían cualidades valiosísimas, como la humildad, la modestia o la discreción, las cuales vivían como un engorro, pues la sociedad las registraba como signos de debilidad.
Estos jóvenes no eran conscientes de que estas cualidades son preciosas, y me pedían un coaching para ayudarlos a entrenar actitudes de lo que interpretaban como un perfil de éxito, pero que psicológicamente son rasgos de personalidad narcisista