Al contrario, lo feudal de ese capitalismo, como en Rusia, aumentaba dichas posibilidades al incorporar al sujeto revolucionario otros sectores sociales, como el campesinado o las comunidades indígenas, los estudiantes y los intelectuales, generando un liderazgo revolucionario más complejo que el de los partidos políticos tradicionales, incluido el comunista. En consecuencia, Mariátegui aspirará a que el Partido Comunista Peruano o el Partido Comunista Argentino se conviertan en vanguardias social y culturalmente heterogéneas, capaces de producir la revolución a la vez en lo agrario y lo racial, lo político y lo artístico.