as dicotomías rígidas son poco útiles para entender el comportamiento humano y la dinámica social. Si se quiere argumentar que la sociedad es meritocrática, habrá que preguntar cuándo y en dónde (el contexto es fundamental), y poner a prueba dicha hipótesis de manera empírica, con datos confiables y, todavía mejor, con datos comparables entre distintas sociedades.