perlas de Baily, que reciben su nombre de un astrónomo inglés del siglo XIX. Justo antes y justo después del momento en el que se alcanza la fase de totalidad, los últimos y los primeros rayos de la luz solar que consiguen llegar hasta nosotros lo hacen filtrándose a través de los cráteres presentes en la superficie lunar, lo que origina un sorprendente efecto que recuerda a un anillo de diamantes.