Sean cuales sean tus planes, recuerda que los cráneos de verdad no son adornos kitsch de Halloween: han pertenecido a un ser vivo. Pero, suponiendo que tus intenciones sean buenas, tienes que superar tres grandes obstáculos antes de llenar de gominolas la calavera de papá y ponerla sobre la mesita de café: papeleo, control jurídico y esqueletización