Tahereh Mafi

Quizás no soy un monstruo.

Quizás las cosas pueden cambiar.

Me besa como si me hubiera perdido y encontrado y me estuviera escapando y nunca me fuera a soltar.

—Bueno —susurra, con los labios en mi oído—, ahora el mundo entero va a venir a por nosotros.

Echo la espalda hacia atrás. Lo miro a los ojos.

—Que lo intenten.

Llevo diecisiete años intentando volver a subir, pero es casi imposible vencer la gravedad si nadie está dispuesto a echarte una mano.

En ausencia de relaciones humanas establecí vínculos con los personajes del papel; viví el amor y la pérdida a través de los relatos hilvanados en la historia; experimenté la adolescencia por asociación.

Soy una chica.

No soy propiedad de nadie

Me atrevo a tener la esperanza de que Adam esté intentando acercarse a mí. Estoy lo bastante loca como para creer en eso

. Te preguntabas si tendrían razón. Te preguntabas si podrías arreglarlo. Pensaste que si lo intentabas un poco más, serías un poco mejor, más inteligente, más amable... Pensaste que el mundo cambiaría de opinión sobre ti. Te has culpado por todo.

—Has reprimido la furia y el resentimiento porque ansiabas que te quisieran —

—Pero... ¿Quieres decir... que tú vendrás conmigo? ¿Estarías dispuesto a hacer eso por mí?

Esboza una sonrisa. Le hace gracia. Sus labios tiemblan como si intentara no reírse. Al mirarme, sus ojos se suavizan.

—Hay muy pocas cosas que no haría por ti.