Qué había pensado Deidamia que iba a suceder cuando había puesto a bailar a sus mujeres para mí? ¿De verdad pensaba que no iba a reconocer a Aquiles? Me bastaba un simple roce o el olor para identificarle; y si me quedara ciego, podría reconocerle por el modo en que respiraba o en que pisaba el suelo. Le reconocería en el fin del mundo, incluso en la muerte.