Y es que la sororidad no es suficiente para mí, porque nosotras somos de los sures, de los márgenes, de las fronteras y nuestra amistad necesita encontrar brechas y fisuras, porque nuestra amistad quiere quemar la Ley de Extranjería, nuestra amistad quiere que gritemos cuando haga falta, nuestra amistad me permite elegirte a ti, amiga, y que cada vez que me dicen: «¿por qué no te regresas a tu país?», piense que ese «país» ahora eres tú.