Eva García

que sabe cómo soy en el fondo y, aun así, me quiere.

Ella es una chica dulce que sueña con vivir su primer amor

No estaba al tanto de lo que hacía, y me daba igual. Estaría con sus álbumes de recortes, comprando cosas de segunda mano o en Instagram. O, a lo mejor, aprovechaba que le habían quitado el aparato para mirarse los dientes en el espejo durante horas.

los mensajes de Dash. Sonreí, enseñando mis dientes blancos y rectos, y una punzada de emoción me recorrió entera.

el rostro de Byron Woods me miraba fijamente.

—Me reí con esa risita nerviosa que hace que me den ganas de pegarme—. Soy yo.

¿Qué quería y por qué me estaba sonriendo?

No mentía. Sabía que el muy idiota me protegía a su manera, pero no creía que lo hiciera del modo que insinuaba.

Aunque el tío era un caradura, no estaba preocupado.

No existe cuchillo más afilado que el de la traición.

Me muero por saber si ese tío ha hecho que le salgan canas a May —comentó mi madre en tono seco.

Hubo un tiempo en que nuestras