La bicicleta ayuda a pensar. Flaubert decía que «no podemos pensar si no estamos sentados». Nietzsche se oponía a esto, afirmando que «solo los pensamientos que tenemos en movimiento valen algo». Bueno, la bicicleta reconcilia a Nietzsche y Flaubert al reunir ambas condiciones: ¡estamos a la vez sentados y en movimiento cuando pedaleamos! Así que, para filosofar, ¡monten en bici!