somos criaturas que viven y mueren gracias a la energía almacenada en nuestros cuerpos. Enfrentarse al mundo es una labor difícil que exige sortear muchas cosas y utilizar una gran cantidad de capacidad cerebral, una empresa que consume mucha energía. Cuando hacemos las predicciones correctas, ahorramos energía. Cuando sabes que puedes encontrar bichos comestibles debajo de ciertos tipos de piedras, ya no tienes que dar la vuelta a todas. Cuanto mejores son las predicciones, menos energía nos cuestan. La repetición hace que nos volvamos más confiados en nuestras predicciones y más eficaces en nuestras acciones.