Pero el médico se había negado, asegurando que la estancia le sentaría muy bien.
En el albergue, aparte de la maestra y del conductor del autocar, responsable asimismo de la cocina, había dos monitores, Patrick y Marie-Ange, quienes, cuando Nicolas se incorporó al grupo, estaban formando equipos para poner la mesa: unos se encargaban de los cubiertos, otros de los platos, y se organizaban así. Patrick era el que le había hablado riendo al padre de Nicolas del esquí sobre hierba. Alto, ancho de hombros, tenía la cara angulosa y curtida, ojos muy azules y el pelo largo recogido en una coleta.