nosotros o incluso a causa de nosotros. Nos enamoramos y nos dejamos llevar por la pasión o el poder de otra persona. Una y otra vez elegimos gente que no nos conviene, pasando por alto todas las señales aun cuando tendríamos que saber de sobra lo que significan. Si una relación entra en crisis o se termina, solemos culpar a la otra persona de no haber querido o sabido hacernos felices.
En general, no es fácil reconocer el papel activo que tenemos