Los colores y sus nombres están en todas partes, sobre todas las cosas. Todos los colores significan algo, aunque no sé el qué, y tampoco lo diría si lo supiera. Sus nombres son más descriptivos que su presencia, ya que su presencia no necesita describir nada y de hecho no describe nada. Esta es mi pintura. Vive en esta estructura que parece un establo para potros. Aquí no entra nadie más que yo.