Realidades de la Independencia financiera
La independencia es un estado de ser que todo ser viviente se esfuerza por alcanzar, y mantener para siempre. Desde el momento en que un niño pone un pie en la escuela, se le hace entender que el conocimiento que adquiere desde este punto en adelante es para que haga uso de la inteligencia, para dar forma a su propio futuro.
Cuando uno vive con sus padres, tiende a dar muchas cosas por sentado. Una vez que uno comienza a ganarse la vida, se enfrenta a dos aspectos diabólicos: la independencia financiera y la responsabilidad.
No basta con ganar dinero. Muchos factores surgen cuando uno (a veces de forma arrogante) decide separarse de la familia y mudarse a su propia casa. Es cierto que ahora no tiene que pensarlo dos veces antes de comprar ese par de zapatos extra; después de todo, no hay ningún padre esperando en casa para mirar el paquete en la mano.
Pero uno tiene que pensar en la factura de electricidad que se debe pagar la semana que viene, la factura de teléfono que ahora parece ser de un nivel astronómico, y otros gastos que hay que pagar. El dinero que se ha ganado después de horas de trabajo parece caer en el olvido.
En Economía, aprendemos que un país crece sólo a través de la inversión. Y la inversión es el resultado directo de los ahorros.