Óscar es un empleado eficiente en una empresa multinacional de comunicaciones. Un día intercede en una agresión de violencia de género en plena calle y todo lo que le sucede en la vida comienza vertiginosamente a cambiar. Después de permanecer en el hospital tras un estado en coma, Maite, la chica a la que defiende y que se convertirá en su pareja, se percata de que tiene fasciculaciones en uno de sus brazos, síntoma previo de una terrible enfermedad. El fantasma de la ELA comienza a merodear en su vida, convirtiendo a Óscar en un ser reflexivo. No solo se enfrenta a una enfermedad incurable, también a sus pensamientos más hondos. Entre ellos, el derecho a morir dignamente. Todo este debate lo comienza en una pequeña iglesia, poniéndose frente a un Cristo, al que pide explicaciones, exigiendo respuestas.