"Un día, Julián se aleja del pueblo y, cerca de una oscura caverna, tiene un encuentro con una criatura fantástica que le pide que crea en él para poder ser amigos. Su nombre es Yi Kan Lu. Es nada más y nada menos que un dragón.
La maravillosa criatura ha venido a México en busca de una planta para alimentar sus llamas. Mientras la presencia del dragón despierta los peores sentimientos en los pobladores, Julián deberá buscar la forma de ayudar a su nuevo amigo, y recurrirá al herrero. Entonces, don Pedro le revelará su más grande secreto: las propiedades alimenticias del fuego.
"Ostenta un sentido agudo de la observación y un manejo de la escritura —de la relación con el lector— que explica su fama y su prestigio en la literatura iberoamericana."
Agustín Valle"