Una noche despejada si la mente estuviera despejada
Si la mente fuera sencilla, si la mente estuviera despojada
de todo salvo las necesidades más clásicas:
cuchara de madera cuchillo espejo
taza lámpara cincel
un peine que recorre el pelo de alguien junto a una ventana
una sábana
que alguien en sueños se sacó de encima.
Una noche despejada en la que dos planetas
parecen aferrarse el uno al otro en la que los pastos terrenales
cambian como la seda a la luz de las estrellas
Si la mente estuviera despejada
y la mente fuera sencilla podrías agarrar ésta
este estado mental y decir
Yo viviría así si pudiera elegir:
esto es lo posible
Una noche despejada. Pero la mente
de la mujer que se imagina todo esto la mente
que permite que todo esto sea posible
no está despejada como la noche
nunca es sencilla no puede aferrarse
a sus verdades como los planetas en tránsito se aferran el uno al otro
no le es fácil
funcionar sin remordimientos
no le es fácil
lidiar con el milagro
que le dio fama a la mente
o que le daba fama
no se vuelve abstracta y pura por voluntad propia
la mente de esta mujer
ni siquiera desea ese milagro
porque tiene otra misión
en el universo
Si la mente fuera sencilla si la mente estuviera despojada
parecería un cuarto un interior barrido
pero cómo podría ser posible esto ahora
a juzgar por las voces de los pueblos fantasmas
sus configuraciones diminutas y enormes
que es necesario descifrar
la noche oracular
con los ruidos espesos de su funcionamiento
si pudiera reducirse a algo como
un peine que recorre el pelo de alguien junto a una ventana
no más que eso
una sábana
que alguien en sueños se sacó de encima
pero la mente
de la mujer que piensa esto está envuelta en la batalla
está en otra misión
una hebra de pasto un yuyo seco con raíces en la nieve
que el aire helado agita una varita que dibuja un gráfico
Ella también recorre con el dedo
las páginas de un libro
y conoce mejor que el poema que lee
conoce mientras lee todo el poema
y mira las ventanas emplumadas de hielo
el invierno
que crispa sus garras
el viento halcón
listo para matar