Este audiolibro está narrado en castellano. Un día cualquiera, un local especializado en fantasías eróticas (el nombre del local no importa) recibe la llamada de un tipo con un encargo muy especial. El tipo busca un muchacho de unas características físicas muy definidas (joven, de unos veinte años, moreno, no muy alto) que vaya vestido de una manera muy especial y que se encuentre paseando por una determinada calle de Cuenca a una determinada hora de un día concreto. Un viejo bajará calle abajo y el muchacho se tropezará con él con un cigarrillo en la boca y le pedirá fuego. El encargado de recoger las llamadas cree que se trata de un tarado y pregunta si no será una broma de mal gusto. "Verá, éste es un local serio", viene a decir: "No hacemos teatro". El tipo insiste, repite los detalles, la calle, el día, la hora, el aspecto físico del chico, la situación general de la escenificación. "Pagaré lo que sea, lo que haga falta", dice desesperado. El encargado del local explica que lo siente mucho, pero que el suyo es un local serio, que si quiere algo más sencillo, un "servicio con sadomasoquismo o algo así". Al fin, después de unas cuantas instrucciones más, el encargado alcanza la iluminación: "Ah, Usted no quiere sexo, ¿verdad? Usted quiere revivir alguna fantasía, alguna experiencia pasada, ¿no es eso?". Y concluye tristemente: "Lo siento, no podemos ayudarle".
Nací en Argamasilla de Alba (provincia de Ciudad Real, España) el 17 de mayo de 1952. Me trasladé a vivir a Madrid con mi familia en 1970 y desde 1978 vivo en Benidorm, aunque eventualmente he vuelto a residir en Madrid en diversas ocasiones.He viajado por el Reino Unido, Marruecos, Italia y Estados Unidos, país del que me considero también ciudadano, sentimental y culturalmente, y donde tengo algunos de mis mejores amigos.Descubrí mi vocación de escritor siendo un niño, gracias sobre todo a un profesor al que admiraba mucho, llamado Pascual-Antonio Beño Galiana, gran poeta y dramaturgo manchego (1932-2008).Escribo despacio, corrijo mucho y destruyo todo lo que no me gusta.No soy un escritor mediático y no me gusta hablar en público. Es por ello por lo que ni siquiera he presentado o promocionado algunos de mis libros.No me interesa la fama. Prefiero pasar desapercibido. Dos veces fui entrevistado en la TV y otras dos veces en la radio y decidí no volver a salir nunca más en esos medios. De haber tenido éxito con mis libros, me habría apartado del mundo como hizo J.D. Salinger.