Como la persona que se adentre en estas páginas podrá ir sintiendo -ya aviso que se trata de eso, de un paseo por las emociones, que la autora va provocando al poner al desnudo las suyas propias y otras que toma prestadas del sueño de lo intersubjetivo- decía que, al leer este libro van apareciendo sentimientos que estaban en la memoria olvidada de la vida de cada cual. Memoria de un país sin memoria como es el nuestro y que representa una parte del inconsciente colectivo de muchas generaciones y que sí o sí han contribuido a ser quienes somos. Del prólogo de Luis Mitjans