Nina ha tenido una infancia feliz: familia, amigos y deporte han llenado su vida hasta que su padre fallece y, como si no fuera suficiente, recibe un diagnóstico que llega a cambiarlo todo. Cuando la enfermedad la acecha como un lobo, Enzo, su hermano, regresa sorpresivamente a casa después de varios años de ausencia. La alegría por verlo se funde con enojo por no haber recibido ni una palabra suya en todo ese tiempo. Nina empezará a indagar, intentando apartar lo más posible sus propios prejuicios y su versión de los hechos. Colocando pieza por pieza, emprenderá un viaje por la historia familiar que repercutirá profundamente en su propia identidad.