Nathaniel Hawthorne es justamente reconocido por la singularidad de sus alegorías y
simbolismos, y también por su insólita capacidad de escrutar la psicología y la moral
humanas. Sus escritos, de atmósfera enigmática, llevaron a Borges a compararlo con
Melville y Kafka.
“El Ferrocarril Celestial” (The Celestial Railroad) es un relato fantástico de Hawthorne,
escrito en 1843 y publicado en varias antologías de cuentos, destacándose especialmente
en “The Celestial Railroad and Other Short Stories”.
Se trata de una alegoría vinculada con la monumental obra de John Bunyan: “El
Progreso del Peregrino” (The Pilgrim's Progress).
“El Ferrocarril Celestial” casi parece una argumentación, en la forma de un delicado
relato, donde los destinos prometidos, llenos de esa felicidad eterna y extraterrena,
jamás se cumplen. En este caso, el ferrocarril soñado por Hawthorne que nunca arriba a
su destino.