Cuando una mañana Pablo le da un puñetazo al espejo del baño, atrae a una oscura criatura que empieza a seguirlo por todas partes. A partir de este momento la vida de Pablo se convierte en una pesadilla: en el vano intento de cazar la criatura, que solo él puede ver, chocará con la incomprensión de un padre decepcionado y ausente, y de una madre comprensiva que hace lo que puede para mantener la situación bajo control. Ni los compañeros de escuela, los médicos y los profesores podrán entenderlo, sino que se limitarán a buscar explicaciones razonables de su conducta aberrante.